El diseño de la calle, junto con la peligrosa mediana, que ya hemos denunciado en reiteradas ocasiones, hace dificilísimo la incorporación de los camiones desde la calle Santander hacia la derecha.
Como diría uno de mi pueblo "Pasó lo que tenía que pasar".
Mientras tanto el mutilado magnolio observa todo en silencio, agotando sus últimos días y pensando "Como me han complicado la vida".